Al igual que aquella multitud de peregrinos que subian a Jerusalén para celebrar la Pascua y reconocieron a Jesús y lo recibieron como se recibía a los reyes, también nosotros queremos recibirlo una vez más en nuestras vidas como a nuestro rey.
En efecto, el canto de "hosanna" era reservado para recibir al rey cuando volvía victorioso de la campaña militar y entraba en la ciudad. Con toda sencillez, la gente tomaba los ramos que tenía a su alcance para expresar su alegría. Por eso mismo, nosotros llevamos ramos en las manos para recibir a Jesús, nuestro rey.
Ahora bien, recibirlo como rey significa permitir que el gobierne nuestra vida y confiar absolutamente que Él nos está cuidando. Aún en los momentos más difíciles y oscuros de nuestra vida esta fe nos sostendrá, tal como sostuvo al mismo Mesías en su Pasión: sabiendo que su vida estaba en las manos del Padre, confió hasta el final.
Gracias P. Eduardo por el hermoso mensaje, que Cristo Resucitado nos encuentre despojado de todo para que cada día estemos más prendido de Él. Te deseo una feliz Pascua! H Virginia
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