PADRE EDUARDO SILIO

Presbítero católico de Quilmes, párroco de San José y Santa Cecilia, parte de la Comunidad SBC

domingo, 29 de abril de 2012

EL SEÑOR ES MI PASTOR

Cristo Resucitado conduce al rebaño que Él se adquirió a precio de su Sangre derramada en la cruz.
Este domingo se nos presenta como EL BUEN PASTOR que conoce y cuida a sus ovejas. 

Este anuncio define una relación espiritual con el Resucitado, la cual se tiene o no se tiene. Cualquier vínculo precisa de confianza, de cercanía, de diálogo, de amor recíproco. Del mismo modo, ser oveja de este Buen Pastor exige esos mismos cuidados para gozar de una vida conducida por Él.

Si simplemente creyéramos profundamente esas pocas palabras del salmo 23: "El Señor es mi Pastor, nada me faltará", nuestro corazón de ovejas descansaría en la certeza de que el Resucitado nos cuida.









domingo, 22 de abril de 2012

LES ABRIÓ LA INTELIGENCIA

La misma escena del Evangelio que habíamos escuchado el domingo pasado, solamente que en la versión de San Lucas. Una simple comparación de los relatos de San Juan y de San Lucas sobre el acontecimimento de la tarde misma de la Pascua nos hará encontrar coincidencias perfectas y también algunos detalles diversos y significativos: La comunidad reunida; Jesús resucitado que se aparece en medio de ellos; que les saluda con la paz.

Pero San Lucas agrega unos detalles especiales: el Resucitado les quiere demostrar que no es un fantasma. Come algo delante de ellos. Y fundamentalmente "les abre la inteligencia". La comunidad de discípulos estaban aún sumida en la ignorancia, no habían comprendido nada. Cuando Jesucristo Resucitado les abre la inteligencia les da la GRACIA SOBRENATURAL de la comprensión de las cosas de la vida y de la fe. Este don sobrenatural nada tiene que ver con convertirse en una persona "intelectual". 

Nosotros también tenemos mucha necesidad de esa Gracia que solo Dios puede darnos, para no vivir en la ignorancia y para comprender la verdad de las cosas de la vida y de la fe.

lunes, 16 de abril de 2012

LA PAZ ESTÉ CON USTEDES


Cristo Resucitado nos trae la paz.

Por tres veces le repite el saludo "La paz esté con ustedes" a su Comunidad de discípulos, encerrada por temor a la persecución, perplejos de los acontecimientos, confundidos de algunos testimonios que aseguraban que Él estaba vivo.

En el idioma bíblico, la paz es un don de Dios que resume una suma de otros muchos dones, favores y bendiciones. Cuando nos intercambiamos el don de la paz en la Eucaristía, realmente  fluye en medio de nosotros este don que nos renueva y nos bendice.

Por eso es tan importante recibir y cultivar este don, personalmente y en la convivencia humana, porque de este modo echarán raíces y se quedarán con nosotros todas esas bendiciones y favores de Dios.
Si no estamos en paz o la hemos perdido, el tiempo pascual es un tiempo propicio para recuperarla.

martes, 3 de abril de 2012

RECIBAMOS AL REY

Al igual que aquella multitud de peregrinos que subian a Jerusalén para celebrar la Pascua y reconocieron a Jesús y lo recibieron como se recibía a los reyes, también nosotros queremos recibirlo una vez más en nuestras vidas como a nuestro rey.

En efecto, el canto de "hosanna" era reservado para recibir al rey cuando volvía victorioso de la campaña militar y entraba en la ciudad. Con toda sencillez, la gente tomaba los ramos que tenía a su alcance para expresar su alegría. Por eso mismo, nosotros llevamos ramos en las manos para recibir a Jesús, nuestro rey.

Ahora bien, recibirlo como rey significa permitir que el gobierne nuestra vida y confiar absolutamente que Él nos está cuidando. Aún en los momentos más difíciles y oscuros de nuestra vida esta fe nos sostendrá, tal como sostuvo al mismo Mesías en su Pasión: sabiendo que su vida estaba en las manos del Padre, confió hasta el final. 

domingo, 25 de marzo de 2012

HA LLEGADO LA HORA

En este último domingo de cuaresma se nos ofrece una última oportunidad de cambio para renovar la alianza bautismal en el misterio pascual de Cristo en los próximos días de la semana santa.

En el Evangelio Jesús nos habla de que ha llegado la Hora de su glorificación por la entrega de su vida en el sacrificio de la cruz. Nos habla de su entrega con una alegoría: la del grano de trigo que cae en tierra para dar mucho fruto. Con la comparación de su obediente sacrificio nos exhorta también a nosotros a una vida de obediencia amorosa al Padre y de desapegado de las cosas mundanas.

Es curioso que los granos de trigo conservados en recipientes sellados en las tumbas egipcias, luego de descubiertos después de tres mil años, hayan sido capaces de dar fruto. La pregunta es: ¿También nos tomará tres mil años para dar fruto de un cambio sincero?

domingo, 18 de marzo de 2012

SALVADOS POR GRACIA

A la mitad del camino cuaresmal, la liturgia nos invita a la alegría considerando que falta poco para que renovemos nuestra alianza bautismal con Dios. La cruz del Señor, levantada en alto, nos atrae con amor hacia sí para darnos la salvación, el perdón y la paz.

La Buena Noticia de este fin de semana nos recuerda algo fundamental: hemos sido salvados por la Gracia de Dios, es decir, gratuitamente. De hecho, es justamente lo que celebraremos en los misterios de la Pasión, muerte y resurrección de Jesús. Gratuitamente quiere decir "gratis". Esto es, ninguno puede hacer completamente nada para merecer la salvación que Dios nos da mediante la fe en Cristo. Ninguno de nosotros puede impresionar a Dios con ninguna obra en especial.

Es claro que, también necesitamos apropiarnos de esa salvación donada para que así crezca en nosotros, para que eche raíces y llegue a buen término. La salvación es gratuita en la iniciativa de Dios pero se nos pide que demos fruto maduro de buenas obras para que no sea en vano haberla recibido.

lunes, 12 de marzo de 2012

UN DIOS CELOSO

El Evangelio de este fin de semana nos deja estupefactos al anunciarnos un Jesucristo con unas formas a las cuales no estamos acostumbrados. Como un gesto profético, Jesús derriba las mesas de los cambistas y dispersa la mercadería de los vendedores haciendo un justo reclamo: "No hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio".

En efecto, el lugar escogido por los cambistas y los vendedores para poner sus puestos resultó ser el lugar de oración llamado "patio de los gentiles", un lugar particular destinado para la oración de quienes no pertenecían al Pueblo de Dios; Sin embargo, Dios había destinado en su Casa un lugar también para quienes no formaban parte de la raza escogida. Jesús reclamó desde los celos de Dios ese lugar como lugar de encuentro con el Padre de todos.

Dios es celoso de nuestra salvación.
En esta cuaresma hará lo imposible por salir a nuestro encuentro para purificarnos de nuestras "actitudes comerciantes". La Iglesia es Casa de Dios, Casa de comunión con Dios y con los hermanos. Todavía necesitamos superar esas actitudes comerciantes para abrazar así la gratuidad de la misericordia y de la caridad.