PADRE EDUARDO SILIO

Presbítero católico de Quilmes, párroco de San José y Santa Cecilia, parte de la Comunidad SBC

domingo, 6 de febrero de 2011

SAL Y LUZ

"Sean sal y sean luz" , nos dice hoy el Señor. 
Con estos dos simples elementos de la vida cotidiana Jesús nos exhorta a ser felices testigos de su Grazia, la cual actúa con poder en nuestra vida. La demostración de su poder se exhibe de modo corriente en la capacidad de sus discípulos de ser sal y luz del mundo.

La sal, elemento que permite darle gusto a nuestras comidas, es signo de la sabiduría de Dios que un creyente tiene para afrontar las situaciones de la vida y es, además, el gusto de servir y alabarle.

La luz, es signo de la gloria del Espíritu Santo que resplandece en nosotros en la medida en que Él acrecienta nuestra dignidad. Somos "luz del mundo" si al menos una persona en torno nuestro quiere tener, ser y hacer aquello que tenemos, somos y hacemos en el Nombre de Jesús.

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