PADRE EDUARDO SILIO

Presbítero católico de Quilmes, párroco de San José y Santa Cecilia, parte de la Comunidad SBC

domingo, 21 de agosto de 2011

LA CONFESION DE PEDRO

Es propio del Evangelio de San Mateo el pasaje en el cual Simón, hijo de Jonás, uno de los doce discípulos, es el primero en confesar que Jesús es el Mesías, el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Ante esta proclamación de la identidad de Jesucristo, Él le cambiará el nombre a Simón confiriéndole la misión de ser "piedra" en la cual sería edificada Su Iglesia.

Para esa "piedra", Simón "Pedro" es testigo y primer mayordomo: Es testigo porque teniendo revelación del cielo es capaz de reconocer en Jesús al Mesías, Hijo del Dios viviente, y así anunciarlo; igualmente, fue el primer mayordomo (una especie de primer ministro de un rey) que recibió las llaves del Reino que vino a inaugurar Jesucristo. De este modo Jesús mismo establece el ministerio de ser "Pedro", el líder de una Iglesia edificada sobre la roca de la misma confesión de fe. Ministerio desde ese mismo momento pasible de ser combatido por las puertas del infierno. Liderazgo que mantuvo unida a la Iglesia durante el primer milenio.

Renovemos nuestra confesión de fe en Jesucristo, el Mesías que está Resucitado y vive para siempre. No tenemos una "religión": somos discípulos y seguimos a Alguien que realmente esta vivo.
Renovemos también nuestra adhesión al ministerio de Pedro, cuya sucesión llega hasta hoy en la figura del Papa. Podríamos cuestionar con derecho muchas cosas del ejercicio de ese ministerio establecido por Jesús mismo pero jamás dejar de adherirnos de todo corazón.


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