Otro emisario de los enemigos de Jesús se acercó a Él para ponerlo a prueba. Su pregunta no es ingenua: le está interrogando sobre lo fundamental, sobre lo que el Maestro define como lo esencial de su enseñanza. En efecto, los rabinos de la época necesitaban sintetizar toda su enseñanza en una frase simple que resumiera y definiera lo sustancial de su testamento espiritual.
Recordemos que quien puso a prueba a Jesús procedía de los fariseos: un movimiento piadoso de Israel que se esforzaba en cumplir con 248 mandamientos y 365 preceptos. Ellos ponían su confianza en sus actos de piedad más que en Dios mismo y, por eso, Jesús era muy severo con ellos.
Jesús responde sobre lo esencial con una acción positiva: AMAR. Para nuestro Señor, la vida de piedad no consiste en observar los "no hagas" de la Ley, sino "ama": ama a Dios -con todas fuerzas, con toda tu alma, con todo tu corazón- y ama al prójimo, tanto como a ti mismo.
En vez de agotarnos "cumpliendo" reglamentos, pidamos la Gracia del Espíritu de Dios para hacer y decir las cosas en positivo, esto es, desde una actitud amorosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario