Delante nuestro hay dos caminos: el de maldición y el de la bendición.
Vivir sin poner práctica los mandamientos de Dios es camino seguro a la enfermedad y a la muerte; vivir intentando poner en práctica, con la Gracia del Espíritu, los mandamientos de Dios es construir un proyecto de vida saludable que dará como fruto definitivo la salvación, la cual ya comenzamos a gustar.
Seamos obedientes a Dios: nos conviene.
"Obedecer" significa escuchar y poner por obra.No tardemos en dar el paso que Dios nos está pidiendo hoy !
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