PADRE EDUARDO SILIO

Presbítero católico de Quilmes, párroco de San José y Santa Cecilia, parte de la Comunidad SBC

domingo, 10 de abril de 2011

EL QUE CREA EN MI, NO MORIRÁ JAMÁS

Con la resurrección de su amigo Lázaro, Jesús declaró ser Él mismo la resurrección y la vida.

Es propio de Dios generar la vida desde la nada, intervenir sobre nuestras realidades frías oscuras y cerradas como una tumba. Es propio de Dios arrancar la vida de sus hijos que yacen en la sombras de la muerte y trasladarles al Reino admirable de luz.


La muerte nos golpea de manera cotidiana. Convivimos en una sociedad en la cual impera el reino de la muerte. De ese modo, la muerte procura golpearnos, o bien, "mordernos" con sus recursos para llevarnos a la desesperación y a perder la comunión con Dios. Su principal recurso es el pecado, ya que el salario del pecado es la muerte.

El secreto de la victoria sobre la muerte es nuestra amistad con Jesús, que es la resurrección y la vida misma. Lázaro era amigo de Jesús y logró vencer la muerte sin hacer más que ser amigo del Señor.
Profundicemos nuestra amistad con Jesús y superaremos las mordeduras actuales de la muerte, hasta que llegue aquel día en que la venzamos por última vez y lleguemos a las moradas de Dios.

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