Con las parábolas del Reino de los Cielos, Jesús nos enseña a elegir las cosas más valiosas, las más preciosas, por las cuales se accede a caminar en su Presencia y bajo los propósitos de Dios.

El ejemplo de Salomón que nos ofrece la Biblia, nos orienta hacia una de esas cosas valiosas que merecen toda nuestra atención y que las consideremos de vital importancia y valor. El joven rey, pudiendo elegir tantas cosas siempre importantes para el encargo que había recibido prefirió pedirle a Dios "un corazón que escuche", un corazón atento, un corazón que aprenda a discernir. Nada más acertado: por haber elegido lo primero, le fueron dadas todas las demás bendiciones que igualmente necesitaba para su misión.
Pidamos al Señor el don de "escuchar con el corazón". Busquemos la voz de Dios que nos habla mediante diversos medios. Escuchando, elijamos lo que nos diga como lo más valioso y no seremos defraudados.
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