El tiempo de adviento es una invitación a sumergirnos en un tiempo de Gracia que requiere de nosotros ciertas tareas espirituales. Para orientarnos hacia ellas, la Iglesia nos propone escuchar la profecía del precursor del Mesías, del profeta Juan.
Juan bautizaba con agua para preparar un pueblo bien dispuesto para la llegada del Cristo. Su mensaje sigue siendo vigente y hoy nos dice: "allanen sus senderos". Es decir: para quienes se sienten superiores a otros, es conveniente abajarse; para quienes se sienten desanimados, es oportuno recuperar el ánimo.
Allanar el sendero es encontrar un medida de justicia entre nosotros para que se restablezca la paz. Sólo de esta manera Navidad llegará a ser "noche de paz"
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