Este domingo se nos presenta como EL BUEN PASTOR que conoce y cuida a sus ovejas.
Este anuncio define una relación espiritual con el Resucitado, la cual se tiene o no se tiene. Cualquier vínculo precisa de confianza, de cercanía, de diálogo, de amor recíproco. Del mismo modo, ser oveja de este Buen Pastor exige esos mismos cuidados para gozar de una vida conducida por Él.
Si simplemente creyéramos profundamente esas pocas palabras del salmo 23: "El Señor es mi Pastor, nada me faltará", nuestro corazón de ovejas descansaría en la certeza de que el Resucitado nos cuida.